lunes, 29 de noviembre de 2010

Pequeños cuerpos grandes luchas

Enano,  chaparro, chichón de piso, pulga, y cientos de sobrenombres padece a diario una persona que se encuentre por debajo de 1,20 metros de altura, estos son burlados,  discriminado, su moral arrastrada por el piso y su autoestima arrojada a la basura.

Desde los inicios de la humanidad los “enanos” han sido utilizados como esperpentos  y atracciones para entretener a la multitud, con gracias, payasadas, malabares  y cuanto acto se le ocurra a la gente ver,  a través del tiempo la humanidad ha conservado esta tradición, pensamiento e inclinación a la burla y el rechazo por este tipo de personas.

Esta discapacidad, deficiencia, enfermedad o castigo de Dios como algunos lo llaman, en el 80% de los casos no es más que una mutación producida en el óvulo o en el espermatozoide, y pocas veces es genética, provocando un crecimiento anormal en aquellos que lo padecen, con fuertes impedimentos para su normal circulación dentro del territorio nacional.

Estos “enanos” o personas de talla baja son replegados a los rincones más recónditos y oscuros, con cargos poco dignos y sin posibilidades de ascenso o reconocimiento, dentro de un ámbito laboral o social, siendo discriminados por su estatura y siendo medidos con la misma.
En cuanto al ámbito nacional, las personas de baja estatura son excluidas de oportunidades laborales importantes, son disminuidas a una “especie” casi inexistente y son poco tenidos en cuenta para adecuar los espacios públicos para su sana circulación y los lugares de uso común que mejoren su calidad de vida.

O cuando a usted visto un cajero pequeño, un orinal de menos de 70 cms de altura, una ventanilla de cualquier banco, o lugar que tenga que registrar ventas, o un bus con escaleras extras para  que un “enano” pueda  ascender fácilmente, esto nunca lo han visto, será porque esta sociedad nunca ha pensado, piensa y pensara en este tipo de personas.
A pesar de los esfuerzos por ser reconocidos y cobijados bajo la ley  1275 que cobija a los enanos dentro de los  discapacitados,  emitida por el congreso de la república en el 2009, recomendación que hecha por la ONU y acogida por el ex presidente Álvaro Uribe Vélez el 5 de enero del mismo año.

Luego de dos años de ser incluidos en la población discapacitada del país, nada que hay solución a la problemática que se presenta a diario en la vida de una persona de talla baja, en la que a diario compiten en una carrera de obstáculos, que sortean en cada calle, esquina, centro comercial, banco y a casi cualquier lugar que se dirija.


Ser una persona discapacitada en este país es algo realmente difícil, porque casi nada está adaptado para esta parte de la población, los ciegos juegan a la ruleta rusa cada vez que salen de su casa, las personas de talla baja por su parte juegan a una maratón de obstáculos a lo largo de su desplazamiento por la ciudad.

Subir un ascensor, hacer trámites en las ventanillas de los bancos, sacar dinero de cajeros electrónicos, hacer compras en un supermercado, subirse a un bus, llamar de un teléfono público, usar un baño y hasta subir andenes son unas de las muchas dificultades que deben afrontar las personas de talla baja al salir de sus hogares, ya que estos lugares están diseñados para un prototipo único.

Enanos, personas de talla baja o pequeñas y mil formas más de ser llamados son pronombres que juzgan a estas personas por fuera pero, nunca se interesan en conocerlos, admirarlos e incluirlos en una sociedad cada vez más elitista, consumista y basada en una belleza externa, prejuzgando y aislando a los que no estén dentro de los rangos aceptados por la sociedad.



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